Ni derogación de la reforma laboral, ni de la ley mordaza

La decepción por el incumplimiento de estas medidas tendrá su reflejo en las futuras elecciones

Foto de una manifestación
La decepción por el incumplimiento de estas medidas tendrá su reflejo en las futuras elecciones

El curso de la legislatura del gobierno que vaticinaba la derogación de la reforma laboral, va dando señales evidentes de que esta no se llevará a cabo. Quizás una versión light, sucedánea de lo que lo que se prometía. Según la Ministra de Trabajo es técnicamente imposible derogarla, es decir, puede derogarse el real decreto de la reforma aprobada en 2012, pero no pueden modificarse la otra serie de leyes orgánicas que arrastró entonces, ya que la aprobación de estas no se canalizan por el consejo de ministros, sino mediante votación en el congreso y su necesaria mayoría absoluta.

La reforma supondrá tocar aspectos lesivos, pero mantendrá lo esencial de aquello por lo que se fue a una huelga general en marzo de 2012, un mes después de su aprobación. Recordemos que en mayo de 2020, el documento que acreditaba la derogación íntegra de la reforma fue firmado por PSOE, UP y Bildu


Por otro lado, la derogación de la ley mordaza supone otro globo desinflado. Ante el anuncio de los derechos recuperados contra esta ley, en lugar de una derogación se ha producido un suavizado de la ley. Se pierde una oportunidad de restablecer unos derechos fundamentales reclamados por organismos nacionales e internacionales bajo la afirmación, alejada de la realidad, de que se deroga cuando no es así.
Se anuncia que grabar a gentes de seguridad no sancionará, y es que ya no era sancionable antes. Se mantiene la presunción de veracidad de los agentes. Se mantienen las devoluciones en caliente, la infracción del respeto a los agentes (la más frecuente a ser un 7% de las sanciones), la infracción de manifestaciones pacíficas, etc. 


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