'7 minutos' que valen su peso en dignidad

Mujer fumando

La incertidumbre y el miedo han sido desde el inicio de las civilizaciones el caldo de cultivo perfecto para desencadenamiento del instinto innato de la supervivencia. Ya sea en su forma colectiva o individual, la necesidad de subsistir ha llevado a la humanidad a tener la capacidad de sacrificar todo aquello que fuera necesario, en situaciones de extrema inseguridad en la que aparecimos por puro azar o perversa alevosía. Sin embargo, la capacidad de persuadir surge (por suerte o desgracia) con la misma necesidad de contraponer la razón ante tal adversidad.

La película dirigida por Michele Placido es una adaptación de la obra teatral de Stefano Massini basada en una historia real ocurrida en Francia, cuya inspiración reside en el encomiable filme 12 hombres sin piedad, de 1957. Una obra cinematográfica de lucha sindical por los derechos y la dignidad laboral. 

En 7 minutos, once representantes sindicales cruzan con desasosiego las negociaciones en las que la empresa textil en quiebra en la que trabajan es vendida a una multinacional. Una larga y desesperante reunión mantenida dentro de la fábrica entre directivos y un enlace sindical, encenderá a las trabajadoras en un ambiente enrarecido y donde comenzarán a desatarse tensiones y rencillas ocultas hasta ahora. 

Once mujeres en una fábrica

Tras conocer el acuerdo que la multinacional pretende firmar con ellas, una simple estipulación ancla la aprobación unánime y divide al grupo. El miedo palpitante a los despidos hace estallar las relaciones entre las protagonistas y las llevará a estar dispuestas a sacrificar cuanto sea por conservar sus empleos. Sin embargo, una voz pondrá sobre la mesa una lectura de la situación que nadie ha percibido. Durante el trance de la película, las historias ajadas de cada una de las empleadas dejan ver el entorno laboral vulnerable que viven, con testimonios que describen situaciones frágiles en sus hogares y en sus familias, así como trágicos sucesos a los que se resignaron a vivir con impotencia. 




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