La subida de las energéticas aumenta la distancia de las clases trabajadoras


hornilla de gas
El salario medio es inferior al de hace dos décadas y la desigualdad se ha agravado 

La factura de la luz sube un 44%, la gasolina en un 22,1% y el gasóleo en un 23% en un año. Mientras los salarios están muy por debajo del incremento de ese irreal IPC oficial del 4%, la subida del SMI es insuficiente si no iguala la oscilación del encarecimiento de la vida.
La pobreza aumenta: 11 millones de pobres, 6 millones en pobreza severa. La banca, en cambio, ganrá 14.600 millones, un 40% más que antes de la pandemia. Continúan los ERTE y los despidos en empresas con beneficios millonarios, el paro se cronifica, los salarios y las prestaciones están por los suelos y los precios por las nubes, en el consumo de las energéticas, la vivienda, el alquiler y el precios de alimentos.

En España, en el año 2021, el salario medio es inferior al de hace dos décadas. La desigualdad se ha agravado, así que el salario de la mayoría será aún más bajo en relación con el del año 2000. La involución sociolaboral es grande.
En un análisis cristalino del panorama social actual bajo una legislatura que presume de ser progresista, las clases trabajadores están siendo castigadas entre ahogadillas en las que, con determinadas medidas, se levanta de la mano a los náufragos de vez en cuando. Pero bajo amables peticiones e invitaciones de empatía a principales élites empresariales del sector energético, este gobierno ya deja señas claras de que no piensa tocar, Constitución en mano, la intervención directa en ellas por el interés general de la población. Ayer Pedro Sánchez admitió que suavizará su hachazo a las eléctricas incumpliendo su promesa. ¿Que hay leyes en la Unión Europea que impiden tales intervenciones? Nadie dijo nunca que ser gobernante fuera fácil. Han de buscar la manera de frenar este tremendo desajuste. No lo espero.

Desde un análisis más profundo, si este encarecimiento y encallamiento social estuviera bajo una legislatura de derechas en el poder. ¿Qué estaría actualmente ocurriendo, si los puntos señalados los estuviera sufriendo la sociedad con Pablo Casado en el poder? Me cabe de duda, de la crispación movilizaría a las clases en la calle, bajo reivindicaciones por una justicia social que deje de aplastar el presente y futuro de las partes afectadas.

Esto, en cambio, no acontece, y es alarmante. Cabe preguntarse, por necesidad y deber, si la apariencia de un gobierno progresista es la pieza que mejor le encaja al poder para que, manteniendo esta 'paz social', nos aprieten a más no poder todas las tuercas.


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